La inmensidad de “Neruda” y la universalidad de “Jackie”, los dos más recientes y casi simultáneos estrenos del director chileno Pablo Larraín, son tan grandes y mediáticos, que quizás hayan hecho olvidar demasiado rápido “El Club”, su anterior largometraje.

 

Una inquietante casa de reposo para curas en un balneario de la costa chilena, es el epicentro de “El Club”, el quinto largo de ficción, en el que el realizador chileno optó nuevamente por una propuesta visual oscura y fría, a ratos nubosa. Una propuesta a la que terminó de darle su sello a través de la corrección de color, realizado en los estudios de Válvula Films, donde también se hizo el vfx’s y las copias en 4k.

 

“El Club” fue exhibida en la competencia principal del 65.º Festival Internacional de Cine de Berlín, donde ganó el Oso de Plata-Gran Premio del Jurado. En septiembre de 2015, el filme fue seleccionado para representar a Chile en la competición por los premios Óscar. En diciembre del mismo año, se convirtió en la segunda cinta chilena en ser nominada a un Globo de Oro en la categoría de mejor película en lengua no inglesa.

 

 

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